El banquillo del Sevilla FC está vacío, el dueño de las riendas de esos asientos no da señales de vida.

Manzano vuelve a "quitarnos" una clara victoria porque, para mí, la no victoria de nuestro Sevilla en la tarde de ayer se debió única y exclusivamente a la mano de nuestro entrenador, Gregorio Manzano.

Nos enfrentábamos a un equipo, el Atlético de Madrid, en una situación muy similar a la nuestra: siendo un "flan" en lo que al sistema defensivo se refiere, cuyo juego se basa en la pegada de sus dos puntas, la aportación de Reyes, y poco más.

Manzano empleó la lógica y sacó a lo mejor que tenía. Sin hacer las mismas estupideces que antaño. Esto es: Fazio y Escudé como centrales, Medel jugando de 5, Rakitic para dar sentido al juego, dos bandas con Perotti y Navas y dos puntas, Negredo y Luis Fabiano.

Hasta aquí lo esperado, sin sobresaltos.

La primera parte me pareció un tanto extraña pues veía a ambos ataques como muy sueltos, si bien nuestras ayudas defensivas eran mucho más visibles que la de los colchoneros. La primera parte se pasaba sin pena ni gloria y todo tenía pinta de que el luminoso no iba a moverse al descanso.

Pero en esas llegó el zurdazo de Álvaro Negredo, un jugador en un gran estado de forma. Gol que llegó de una forma que simple, clara y rápida, en tres toques y jugando fácil.

Perfecto.

Nada más empezar la segunda parte, el mazazo. Nuevo error defensivo, esta vez de Dabo (buen partido según mi criterio del senegalés hasta que lo lesionaron, quitando el fallo del gol, claro está) para que ellos, por medio de Koke a pase de Forlán, hiciese el empate.

El Sevilla parecía querer más, pero sin dar un paso definitivo hacia delante. De haberlo hecho, posiblemente, habríamos "machacado" al Atlético.

Pudimos ponernos al instante nuevamente por delante, pero ni Luis Fabiano y Negredo lograron alcanzar un centro raso de Navas desde la derecha. ¡Mala suerte!

Y a esto que, en una nueva jugada muy bonita del Sevilla, en una acción rápida, Perotti recorre su banda en un contraataque, cambia de banda a Jesús Navas y este, tal como le viene, se la deja franca para la entrada de Rakitic que, con un disparo preciso la pone donde De Gea no puede alcanzar. 1-2, la victoria se acercaba.

Pero claro, Manzano todavía no había dado su clase de "filosofía futbolística" o como queráis llamarlo.

El partido requería, mostraba bien a las claras, la salida de uno de los dos puntas para que, bien Zokora o bien Renato, sujetasen el centro del campo sevillista y, con el paso de los minutos y la necesidad de los locales de irse arriba harían llegar las oportunidades de encontrar espacios y finiquitar el partido.

Esas cosas tan simples, como aprender las vocales de pequeño, no las ve nuestro entrenador, que de nuevo hizo los cambios tarde y mal.

Con lo mal que defendemos (¿volveremos a dar los "bocaos" que dábamos a los contrario cuando se acercaban a nuestra portería?) era lógico que nos empataran, como así pasó, en una nueva desaplicación defensiva.

La ilusión que teníamos al charco de nuevo.

Y nuestro entrenador, por supuesto, sin inmutarse.

Los cambios, cuando ya nada que había que hacer, cuando quedaban menos de diez minutos para el final del partido, cambios de desquiciado.

Cambios que demuestran la capacidad de este hombre para ser el entrenador del Sevilla FC.

Se acabó el partido con un penalti clarísimo sobre Capel tras otro zurdazo espectacular de Negredo al larguero pero el colegiado, Mateu Lahoz, no iba a pitar eso, claro está. Bueno, ni eso ni nada porque lo de soplar el silbato no le gusta hacerlo.

Tablas en el marcador y para Sevilla con caras de tontos y a pensar en el Sporting.

Sé que en este post he sido muy duro con la figura de Gregorio Manzano. Lo sé. Pero que a todos nos está decepcionando de manera mayúscula su trabajo al frente de nuestro equipo. A día de hoy pienso que nos ha "engañado" futbolísticamente hablando.

El día que acierte lo diré de igual manera. Y claro está que por mí lo premiaría con su trabajo después de todos los partidos, pero la realidad nos dice lo contrario.

Y como dije en el último post: señor Manzano, ¡dedíquese a ganar y ganar y ganar!

Para eso le pagan, y muy bien por cierto.